domingo, 30 de marzo de 2014

Mi psicólogo

Mi psicólogo se llama Miguel Ángel Blanca. Tiene un aspecto muy gracioso con ese pelo rizado, esa barba y ese cuerpo regor... gordo, más bien.
Su método es exagerar las desgracias de su vida y hacerlo con una voz llorosa, de forma que mis cosas parecen menos importantes y hasta a veces consigue que me ría de él.
Otras veces las cosas que cuenta no me son tan ajenas, me lee el pensamiento, y nos sentimos unos perdedores juntos, entonces no reímos todavía más jajaja.

Aquí le tenéis:
https://www.youtube.com/watch?v=qt8ZvAWFhMY

sábado, 29 de marzo de 2014

Lo infinito (Me cago en tu puta madre)

Últimamente soy feliz con casi cualquier cosa: un día de lluvia, un árbol en flor, una breve conversación sobre el color de las casas del barrio en la parada de autobús con algún desconocido. Y son las cosas más efímeras y tontas que te puedes imaginar. En algún momento volverán los días calurosos, el árbol se quedará raquítico, sin hojas y tenebroso (lo que quizás también me guste), y la persona de la parada... bueno a esa la perdí de vista ya ayer, al poco rato de estar charlando.

Si lo piensas en el sentido contrario las cosas que fastidian, que intentan causar una tragedia en tu vida y que te veas obligado a llevar un paquete de pañuelos en cada bolsillo para irte secando las lágrimas mientras lloras desconsoladamente encogido en una esquina de la cama, son las cosas que quieres que duren infinitamente.
Esas cosas son las que parecen irreemplazables. En cualquier momento de nuestra vida podemos volver a tener una conversación agradable o una vista bonita medio tapada por el paraguas, pero nunca volverás, por ejemplo, a ver a las personas queridas que pierdes.

Esto es una verdad que incomoda a la que nos hemos venido enfrentando de la manera equivocada. Si tus familiares se mueren y no los vas a volver a ver, no te inventes que los verás en otro mundo, del que no se puede tener constancia, solamente para sentirte mejor.

Es como si nos inventásemos una realidad a nuestro gusto, y no hace falta ponerse tan dramáticos. Si te gusta la persona con la que te estás liando, si tienes un amigo al que sientes como un hermano, si por fin has acabado en la empresa de tus sueños con un puesto bien pagado... si tienes algo en tu vida que no querrías perder jamás, hazte a la idea de que lo raro es que se quede por siempre; y esto no es malo, las cosas normalmente se acaban, el problemas es que alguien nos dijo que en vez de disfrutar las cosas mientras las tienes lo que hay que hacer es tratar de tenerlas por siempre e intentar disfrutarlas haciendo eso (lo que puede estorbar). Como normalmente nada te acompaña hasta el día que te entran en un cofre, nos es difícil ser felices con esta vida que no se ajusta a nuestra idea de que las cosas buenas nunca deberían acabarse.

No sé quién nos vendió esta historia, quien nos metió estos pájaros y arcoírises en la cabeza, este miedo al cambio y a aceptar que por muy buenas que sean las cosas, nada es infinito (ni imprescindible).
Quizás fue Jesús hablando de un Reino donde nos volvemos a juntar todos (todos los que vivan según a él le ha parecido), quizás hubo otros antes que él, yo no los conozco. Quizás Disney, o los que inventaron esos cuentos de "fueron felices y comieron perdices" sin continuar la historia y contar que cada uno acabó por su lado, vivo, muerto, más feliz o menos feliz.
Alguien inventó que lo bueno es lo que dura por siempre en vez de apreciar lo bueno conociendo la condición temporal de las cosas, y nos lo ha conseguido calar hasta el fondo.
Seas quien seas: "Me cago en tu puta madre".